miércoles, 27 de mayo de 2009

Para las Mamás

En este 27 de Mayo para las mamis que son la razon por la que estamos en este mundo:

Mamita,

Gracias por todo lo que me diste y nunca pediste nada a cambio, porque gracias a ti puedo reconstruir paso a paso mis primeros años con todas esos recuerdos que con tanto cuidado has mantenido cerca.

Porque alguna vez también supiste pedirme perdón en las ocasiones en que habías sido injusta o cuando te equivocabas. Así aprendí que se necesita tanta valentía para aceptar los errores como para corregirlos. Por haber comenzado a aplaudir en aquellos festivales, disimulando que yo, para mi horror, había olvidado el paso de ese baile complicado.

Porque siempre has sabido cómo preguntarme qué me pasa, hasta conseguir que mis preocupaciones se aligeren al compartirlas contigo. Porque me has hecho sentir que ninguna meta que me proponga alcanzar es imposible. Y porque realmente lo crees.

Porque tu confianza en mí ha sido el mejor curso de superación personal y la mejor influencia para lograr superarme.

Tantas son las virtudes que puedo ensalsar: porque fuiste mi enfermera de cabecera que no retrocedió ante la sangre de ninguna herida; porque te hiciste médico que adivina si ese dolor presagiaba una enfermedad o una mala libreta del cole; porque siempre fuiste mi mejor abogada para defenderme de maestros y gentes ciegas a mi excelencia; porque también te hiciste psicóloga que calmaba mis miedos; y también te hiciste filósofa que no desmayo en explicarme los eternos enigmas de la vida...

Porque me enseñaste que el amor puede ser infinito, aunque quepa en un solo corazón. Que se puede tener todo en la simple calidez de una cocina con una comidita cocinada con mucho amor. Que todos los caminos me son posibles porque te ocupaste de preparar con tanto cuidado lo que necesito para recorrerlos. Que dar y seguir dando sin esperar que te devolvamos nada te ha hecho riquísima.

Que la paciencia es un bien renovable sólo en una madre. Que el equipaje liviano nos hace más libres... Que no importan lo lejos que me lleven mis sueños, siempre podré volver a casa y a tu lado. Que descubrir y querer nuestras raíces no nos retiene en tierra; al contrario, nos ayuda a llegar más alto. Y que cuando el vuelo sea difícil y sienta deseos de abandonarme y caer; tu amor será ese bienvenido y ansiado soplo de viento debajo de mis alas para continuar el viaje...

¡Qué bueno que haya llegado por fin el día en que puedes ser también mi amiga! y que podamos compartir el placer de las aventuras cotidianas: esos almuerzos interminables a solas en un restaurante, las compras a mitad de precio y nuestras larguísimas conversaciones por teléfono. El relato de mi día aún te sigue pareciendo la mejor de las historias. Gracias viejita!!

Mamita, que tu corazón escuche a mi corazón diciéndote simplemente gracias por existir y ser la razón de mi existir y ser.

Feliz día Mamita!!!