Ya es casi media noche y vuelvo a las letras, a esta magia que me permite despegar sin salir de esta silla aprovechando este insomnio que no es más que el tedio provocado por este calor infernal en este pueblo olvidado de Bolivia, aquí donde yace un pozo desde 1924 generando incólume miles de litros de petróleo a lo largo de toda su vida, aquí mismo donde el pescado es la dieta base de todos los días, donde las personas se mantienen esquivas, donde el chisme es importante, donde se rehusan a ser bolivianos porque siempre viene mejor ser gauchos …viste y donde ahora el comercio/contrabando es la enfermedad de los nuevos ricos.
Y es aquí que vuelve a mí, cada día la idea que la vida es como un crucigrama, los seres humanos somos seres acostumbrados a llenar espacios vacios, a veces los llenamos con palabras correctas, con acciones correctas o con personas correctas, otras veces simplemente los llenamos de forma errónea y otras veces simplemente no llegamos a llenarlos porque no sospechamos o nunca supimos la clave ni tuvimos la pista correcta para hacerlo.
Me pongo a pensar en todos estos días vividos, en esta vida que pasa de a poco y a veces tan violentamente y me doy cuenta que pasaron días, semanas, meses y años desde la última vez que decidí repensar el rumbo de esta vida que a veces es mía y a veces no es tan mía; recuerdo instantes caminados, vividos a plenitud, así como aquellos instantes que nacieron muertos, repaso los pensamientos de mi sombra, la misma sombra que se busca asimisma por instantes, busco fechas vivas como un pájaro busca el sol de las cinco de la tarde, busco sin encontrar las respuestas añoradas, busco instantes, rostros, relámpagos y tormentas corriendo entre los árboles nocturnos, y a veces solo encuentro rostros de lluvia, agua tenaz que fluye a mi costado y alimenta los jardines que se pierden en la oscuridad de la noche y en el olvido; busco sin encontrar y escribo a solas, no hay nadie … cae el día, caen las semanas, los meses, cae el año, caigo en el instante, caigo al fondo de un invisible camino sobre espejos que repiten mi imagen destrozada.
Las ideas y añoranzas de otrora buscan lugar en un cajón de recuerdos ahora renacen y me recuerdan que el tiempo pasó implacable, que las soledades son más duras, que cada día es más difícil “ser”, que Shakespeare no estaba equivocado con su: “ser o no ser, esa es la cuestión” (be or not to be that´s the question), porque a veces todo se reduce a absolutismos y ya no hay espacio para divagar.
Y me cuestiono el hecho de que el sentimiento se me pasará como otras veces ya se me pasó. No es nada agradable, pero me impongo la dura prueba de olvidar muchos recuerdos, unos se pulirán en mi memoria y otros caducarán. Sépase que he amado demasiado, y, puedo o no sentir orgullo por eso o sentir lo que quiera o nada. Ya no importa, la vida sigue y seguimos caminando instantes, sueños, recuerdos.
Voy por mis pensamientos afilados y a la salida de esta frente mi sombra despeñada se destroza, recojo mis fragmentos uno a uno y prosigo sin cuerpo, busco a tientas, corredores sin fin de la memoria, puertas abiertas a un salón vacío donde se pudren todos los pedazos; los trozos arden de sed al fondo y el rostro se va desvaneciendo al recordarlo, las manos se deshacen si las toco, las cabelleras de forma extraña se tornan en marañas nido de arañas, en tumulto de cabellos desorganizados sobre sonrisas de hace muchos años, a la salida de mi frente busco, me busco y ya no me encuentro.
Y ahora el telón se ha corrido y ha desnudado la pequeña ventana, único contacto con el mundo real, la luz entra, el aire entra con un nuevo aroma y el silencio se escapa a cualquier otro rincón que ya no es este, y la imagino en mis brazos y es feliz el instante en que la miro fijamente y un beso nos desnuda en medio de un solo temblor y procuro ver su rostro; una bocina y todo cae, ya no hay su aroma, ni su imagen, ni los besos y me rebusco y me encuentro y este vuelve a ser mi rincón, el telón se cierra y vuelvo a mis sombras y a mis pedazos…y su rostro?.
Ya es media noche y no he conciliado el sueño, las ideas y los pensamientos atacan, es posible que la mujer que amo no me sea fiel, es posible que no haya un mañana, es posible que realmente el mundo se termine, es posible que llegue a nevar en este infierno, dejémosle el problema a mi estadio de tiranía. Rehusmeo mis escritos, solo para atormentarme un poco más, hay nombres que se perdieron en el ciberespacio, hay gentes de las que no caigo con facilidad, hay dolor, hay amor, hay risas y porque no… también hay llanto, tengo la certeza de ello… de todo eso… sí… porque son recuerdos.
Y me declaro neófito en temas femeninos, la mujer me es enigmática y no dejo que los celos hagan lo suyo. Releo mis escritos y me atolondro al saber que no aprendí bien de mí pasado sentimental (el absoluto, el que no tiene ninguna transfiguración elaborada por mi imaginación y mis anhelos).
Y logro ver fantasmas que me acompañan en estas noches largas, pensé que ya me habían abandonado, que ya no los tenía (aunque suene ingenuo o, más bien tonto pensar que no los tenga, pero mis ánimos de creer que fui el único, el primero y el eterno me permitieron pensarlo). Puede ser la impertinente sensación fatalista inconmensurada que me hace conjeturar que alguna vez creí en lasrelaciones improbables, en los enamoramientos pasajeros, en aquello que me permitía más seguridad, mas espacio, mas independencia, mas autonomía y más de todos los nombres que le creé.
Y es que a veces también se extraña ese control, esos brazos cálidos, esas palabras dulces, esos planes descabellados, esas acciones “ñoñas”, no sé, lo único que está claro es que recién voy en medio crucigrama, se llenaron varias horizontales y verticales, también se borraron algunas cosas que no encajaban, lo esperanzador es que aún queda medio crucigrama y sigo buscando las pistas, las circunstancias, la persona.
El tiempo es el mayor enemigo y tal vez por eso es que este dolor en el estómago es mayor, aunque a veces se torna bello, pero por el momento queda el compañero café en este dialogo incomprensible e irracional con esta computadora.
Bermejo, verano, 2011
Febrero a días del carnaval