lunes, 5 de diciembre de 2011

Otra página de este libro llamado vida…


Último informe del laburo… que pereza, más de cincuenta días en un lugar que nunca esperaba estar, con gente que no imaginaba conocer y haciendo cosas que tal vez pensé ya no volvería a hacer, una recarga de energías y de ideas, realmente 58 días de mucho aprendizaje y mucho autoanálisis.
Descubrir desde este pueblo hermoso que a pesar de los tiempos y los años uno no deja de ser parte de un mundo que no deja de sorprenderte, la naturaleza combinada con pueblos que se resisten al paso del modernismo y que tras una combinación caprichosa prevalecen los ladrillos, los postes artesanales y las lámparas.
Aquí mismo, listo para levantar vuelo otra vez, alistando maletas para iniciar la partida y cada vez se me hace más difícil el procurar las mismas.
Hoy aún no es mañana, sin embargo ya el piense esta en lo que depara los últimos días del mes de diciembre, otro año que se va, otro año que dejo enseñanzas, alegrías, errores, encuentros y desencuentros, pero dejemos esa reflexión para la carta de fin de año.
Y tal vez hoy porque empiezo armar este último documento y  preciso recordar todo lo que se hizo, es que me ataca este sentimiento de nostalgia, me inspira a escribir algunas líneas que tenía abandonadas en mi mente y que prometían ser un nuevo escrito. Al final pensaba también podrían ser líneas que tal vez llegue a borrar, que pronto olvidaría.
En definitiva no importa en dónde estés, no importa lo que haya pasado, si logras transcribirlo igual todo estará escrito para los que deambulamos por los escritos; en cambio si optas por salir, para simplemente deambular por las calles y ver las gentes caminar por ahí, las imágenes, los olores, los paisajes, las nuevas experiencias quedan solo para ti. Es ahora que se vence el visado en este destino que hay la certeza de que habrán muchos recuerdos, mucho espacio, muchos cuidados, mucha pasión, mucho amor.
Hoy volvió la lluvia compañera, impregnando el ambiente con ese claro olor a tierra fresca, templando el clima…esta mañana se mojaron todas las hojas que  estaban sedientas en los días previos que el sol nos calentó sin clemencia. Y me llego un poco de agua y sobre mi cuerpo empapado de agua, impermeable de gotas cristalinas, siento en mis ojos la brisa ligera que pronto despierta el anhelo de antaño, la nostalgia de un buen abrazo, de una mano compañera dispuesta a conquistar las calles y los charcos… que lindo era patear un charco y dejar que el mundo piense lo que quiera… hoy solo llegue a montarme sobre un charco manteniendo la “cordura” que a veces no es más que esa prisión de lo formal en la que uno muere de a poco.  
Y entonces la pregunta surge, como armar la continuación de este camino?,  tal vez la elección del camino correcto y el comienzo de una nueva etapa serían más oportunos y menos confusos si es que la hoja se iniciara en enero, pero hasta enero cuanta vida queda pendiente, como que no es una opción…Ahora solo queda dejar de lado los laberintos y toca iniciar nuevas rutas, donde los recuerdos solo sean guías en este viaje llamado vida.
Quiero sacarme esta compleja maraña de pensamientos y así dejar de lado este suicidiario que me reclama más sueños, el camino cierra la puerta a un misterio que se niega a morir estando en las entrañas de una historia pasajera, recordándonos la soledad en la que decidimos vivir y a veces a la que nos sometemos, punzando los sentidos para recordarnos cómo es la realidad que a veces se torna fría e insípida...ya no mas suicidiarios, ahora muchas razones para vivir, mucha entereza, muchos sueños y una estrella que nos transporte al infinito y mas allá (como solía decir mi sobrinito cuando me hablaba de Toy Story). Estoy consciente que en ocasiones la oscuridad me ha alcanzado por completo, que la dejadez y la rutina se volvieron constantes, ahora pretendo ser luz, ser ojos, pero no rechazaré ser piel, lo irónico es que por un lado o por el otro igual causan llanto… ya no mas llanto…difícil tarea… mi naturaleza me lo impide, pero aprovecharemos estos días de sequia en los lagrimales para procurar una fortaleza ficta. Muchas veces me convencí que es difícil transcribir lágrimas, así de difícil como se hace difícil pintar el olor de los fracasos o tan difícil como es describir el sabor de un amanecer así de difícil como hablar del sentimiento de la tierra mojada, así de difícil se me tornó el definir todos los sentimientos que me invadieron...
Y es que al borde de estas palabras, se sucedieron muchas vivencias en este pueblo que por algo se llamará Buena Vista, para mí fue una Mejor Vista de mi vida, de mis logros y de mis fracasos, recuperé la capacidad de sentir la energía del sol, de respetar la fuerza de la lluvia, de admirar el silencio y la belleza de las estrellas, de disfrutar del canto de la noche con sapos y aves que no dejan de sorprenderte, de volver al consejo de los ríos, de creer en la vida con todo lo que viene y aceptar que el futuro es incierto, pero tampoco es desconocido porque se definirá con todo lo que haga hoy.
Tal vez aprovechar para contarles de los ocasos que habitan en cada nube, en cada hoja y en cada piedra, en aquellas partículas de polvo llenas de mundos y también de los amaneceres en los que falto un abrazo y esa tasa de café amiga. Contarles de lo sospechoso que es el tiempo, de sus cómplices aquellos minutos y segundos que muchas veces no son tomados en cuenta y que en ciertas circunstancias son determinantes, y porque no también contarles de la muerte de todos los cuerpos que vi descansando en las orillas de la carretera, motociclistas la mayoría; hablarles del horizonte y el atardecer de cada día que con cada despedida del día dejaba una hermosa estela/gama de colores, y de las palabras, de todas las que se dijeron y las que aún quedan por decir, de aquellas bandadas de palabras que aun no han salido y que siguen madurando para poder ser mensaje.
Y a no olvidarse de todos los diminutos insectos que habitan o coexisten en este mundo, de las abejas afligidas que pululan de flor en flor, de los mosquitos y zancudos compañeros de tantas noches con los que tuve que compartir un trago de sangre-mi sangre-, hablar del solemne descanso de tantas aves en todos estos árboles que acabo de conocer, hablarles de cómo sobrevive el Bibosi, hablar del aire puro que aun existe por este lado que sigue su paso de nariz en nariz y también de las narices, hablar sobre los poetas que lloran y de los amantes que esperan a sus amores que nunca llegan y de los que conspiran a mi lado.
Hablarles de todo ese grupo humano que lleno la estadía con sus comentarios, chistes y molestias, hablarles por ejemplo de una niña a la que le llaman la “tripleH” que tuvo que dejar el colegio por haber golpeado a tres compañeras que pretendían propinarle una paliza por haber osado quitarle el chico a una de ellas y que ahora es ayudante de una pensión, contarles sobre el caballo, el cachete, el vigotes, el puko, el chiro, el catoche, el peta, el coca, el grillo, y todos los que pasaron por la Obra, contarles de sus sueños, de todo ese sentimiento de solidaridad y compañerismo que se hizo presente en un río olvidado del Chapare que no deja de ser un mensaje inspirador.
El tiempo ya marca la hora, el viaje es un hecho, el próximo contacto será desde otro destino… salud y rebeldía.

Vlady

Buena Vista, diciembre, 2011