Esta semana empezó con un día negro, no podía salir todo tan mal, pero hoy si se dió, es irónico ver como el destino juega con nosotros, como simplemente en un día junta tantas cosas que nos hace sentir una minúscula partícula que no define nada, hoy me levante con ganas de verla y no apareció, hoy sentí melancolía de ella. Ya está muy entrada la noche y quisiera llamarla, hablarle y porque no, tenerla a mi lado; decirle que aunque hay veces que me equivoco, puedo soportarlo y aceptarlo, que muchas veces sólo es un problema que estoy aprendiendo a superar; pero en el fondo sé que no es así, porque sé que muchas veces mis palabras no sólo incrementaron el quebranto de su afecto, sino que muchas veces generaron distancias; que mis acciones no solo marcaron el destino, sino que definieron nuevos destinos.
Hoy decidí no quererla para poder ser feliz sin que esta vida me importe, pues se hace más importante un momento a su lado que lo que me ofrezcan los recuerdos y los sueños, hoy prefiero sus ojos de alegría y su sonrisa para que iluminen mi día. Y quiero estar donde estén mirando esos ojos suyos, para así contrastarlos con la noche, las estrellas y porque no con las nubes. Quiero cuidar sus pasos que me aturden cada vez que hago el vano intento de olvidarla para sobrevivir al día.
Hoy sentí la necesidad de un instante de distancia con el mundo, dejar de lado el trabajo, las tareas, los pendientes, y simplemente registrarme en un limbo cósmico, ver las cosas desde otra óptica, dejar pasar las cosas, al fin y al cabo mañana es otro día, nuevas cosas, nuevas sensaciones, nuevas experiencias, refugiarme en una frase de Galeano que decía que “…cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende” y soñar ser ese fuego que arde para poder llamar su atención, para robarle una mirada y quien sabe algunas palabras.
No puedo decir que no la pienso, cuando me doy cuenta de que no es así, y es la misma causa de mi forma de ser, porque no sé cómo controlar mis impulsos cuando quiero colmarla de atenciones, palabras, versos y más palabras.
A estas alturas ya fueron muchos los sueños escondidos en la sombra del dolor que sólo me dejaron silencio, el mismo que lleva mi corazón; he madurado con mis sueños y no los voy a dejar para que se resequen en medio de un desierto. A veces pretendo ser solo un sueño que despierta dentro de una nube que sube por la soledad, se hace grito, se hace dueño de toda la inmensidad de la noche, grita… y se calla.
En algún lugar leí que las palabras muchas veces son como bandadas de pajaros que vuelan de boca en boca de oído en oído, por eso deseo que vuelen al cielo y que vuelvan a ser libres como el viento y que vuelvan a llevar este mensaje de mi boca a su oído, si algún rato soy sueño, que me lleven a sus sueños y que me dejen observarla y simplemente disfrutar de ese respirar tranquilo, pausado y placentero.
Si el querer amarla es el comienzo de una aventura sin regreso, si el besarla es sentir su alma penetrando mi ser con calma, si observarla mientras me besa me hace creer que se ha cumplido el platónico sueño que me traía de cabeza, si abrazarla le proporciona a mi ser la protección que anhela tener, si con mirarla puedo entender que solo me bastaron 32 años para encontrarla, entonces que no me deje de besar, no me impida observarla y al abrazarme, que me deje una huella tan grande que me haga desear nunca dejar de amarla.
Quiero echar todo para atrás, quiero volver a sentir y decir que no me importa volver a quedar solo después de un buen intento, quiero hacer lo imposible con tal de satisfacer mi necesidad de su presencia, mi adicción a su compañía, mi necesidad de verla, de oír su silencio ante mis palabras rotas, de refugiarme en su mirada cuando le pido que no se vaya, de tomar su mano y apretarla tan fuerte que no se pueda escapar un soplo de lo que siento, de sentir que le importo, pues injusto es juzgar la realidad después de tener las cosas claras. Quiero vivir para tener y disfrutar de esa magia que desprende el encuentro de dos seres que se descubren en medio de un mundo que no deja de tener sentido cuando se enciende una chispa de fuego que se resiste a ser extinguida.
Quiero acabar con mi amargura, y encontrar esa sonrisa que se esconde en mi interior, quiero destruir rencores y echar fuera los tormentos que bloquean mi camino, que ocultan mi destino. Quiero que haga parte de él pero no encuentro la forma de captar su atención, de generar ese encuentro de sentimientos que con muecas maricuecas le roben una sonrisa, que con miradas perdidas le roben un beso, que con abrazos calurosos le generen insomnios y que me piense como la pienso, quedarme con sus aromas mientras espero que el reencuentro se vuelva a dar, hasta que un día ya no haya que separarse y el aroma quede impregnado en la almohada vecina y poder dejar de entrar en sus sueños para verla y simplemente disfrutar de su presencia.
Aprendí y logré diluir en mi espíritu toda esperanza humana, sobre todo el júbilo por estar vivo y disfrutar de un nuevo día de sol, de mañanas de lluvia, de noches estrelladas; aprendí a estrangular la tristeza y la desazón, pero siento que aun falta algo o alguien. Llamé a los verdugos de la alegría para romper la culata de sus fusiles mientras perecía en el intento de vencerlos. Y la primavera me brindó la risa que me hizo olvidar el odio repugnante del idiota que se burla de mi intento, el verano trajo el calor que alegró mis días, el otoño calmo mis aires y me recordó que las cosas hay que tomarlas con calma y llego el invierno que me recalco que ya no estaba, que volvían los días grises, que los verdugos habían vuelto a ganar la batalla.
Pero, cuando estaba casi por decir adiós, resolví volver a buscar la llave que me abriera las puertas de la esperanza, donde quizás recuperaría los sueños, ahí esperanzado volví a girar mi cabeza al horizonte buscando respuesta en el sol, espere a la noche y la busque en la luna, pretendí respuestas en las estrellas… pero nada. Espere por su bienvenida mirando el reflejo de mis ojos en la pantalla de un computador y ahí estoy sin poder ir más lejos, a veces cuando puedo camino hacia el horizonte, pero a veces me distraigo cuando veo sus ojos en alguna foto, y siento que mejor y más fácil puedo vivir con solo esas miradas y no sé si quiera continuar.
Una visión del futuro basta para redimir el dolor aunque nada lo haga satisfactoriamente para nuestra mente, pierdo la cabeza y me entrego. Así me preparo para el viaje sin retorno, el viaje que no tiene fin pues después de echadas las cartas, tomadas las decisiones nada puede cambiar. Despertar, abrir la ventana y sentir el aire calando los huesos mientras el sol me brinda una sonrisa y el azul del cielo desdibuja las lagañas de mis ojos; sonreír y sentir que la vida apenas comienza y que los silencios se encerraron en aquel baúl de recuerdos absurdos junto al casillero de las miradas negras y los harapos derretidos.
El viaje aun no comienza, sin embargo ya negocie con Poseidón buen viento y buena mar y un café caliente en la proa de un velero que ya está listo para zarpar, espero que la proa la albergue en algún lugar vacio junto a mí.
martes, 2 de marzo de 2010
miércoles, 20 de enero de 2010
Día Negro
Uffff que día, de esos grises como el día que nos toco hoy, tan frío como él mismo, tan oscuro y muerto. Nunca había sentido tan pesado al mundo, problemas discusiones y gentes, todos locos o de alguna forma derivándome a la locura, en fín, loco o no loco fue un día digno de olvidarse. Y así pretendía terminar el día, hasta que apareciste del otro lado de la pantalla y me hiciste imaginarte con los cabellos rojos, amarillos, azules, verdes, aun no entiendo que otro color más te habrán dado en la peluquería, pero me divierte la forma en la que me cuentas tu problema, me hablas, me calmas y luego te vas.
Pronto será mañana y hoy será ayer, bien saber que hay otro día, que mañana todo esto será solo un mal recuerdo, a días como estos hay que respetarlos pero sobre todo hay que dejarlos atrás. Es en estos días que uno se pone a pensar en lo que se tenía. Cosas como aquel escondite, aquellos cuentos mágicos del Gabo, aquel reloj con juegos, aquella lámpara de tocar sobre mi velador, recuerdos de aquellos días de vacaciones en primavera que duraban un segundo, aquellos poemas que nunca llegaron a sus destinatarias o aquellas cartas que quise escribir al mundo.
Todas esas cosas que uno hace cuando es mejor desconectarse desparecer un rato recargarse de energías y volver a empezar, esos días en que mafalda tiene razón al pedir que paren el mundo para bajarse un ratito, esos días en los que es mejor quedarse en cama con la sola compañía de uno mismo haciendo nada.
También creo que es de esos días en los que se hace propicio escribir-te, agradecer-te y decir-te que todo pasará y que pronto volveré a ser el de siempre que nunca puedes mandarte de un tirón la vida, que nunca salen las canciones de una, que nunca los relámpagos te dan en una vena. Tal vez reconfortarse por las lágrimas para llorar cuando valga la pena, por las páginas en blanco en este diario de sueños, por la gota de tinta en las lapiceras que hacen esto posible, reconfortarse porque apareciste hoy.
Pronto será mañana y hoy será ayer, bien saber que hay otro día, que mañana todo esto será solo un mal recuerdo, a días como estos hay que respetarlos pero sobre todo hay que dejarlos atrás. Es en estos días que uno se pone a pensar en lo que se tenía. Cosas como aquel escondite, aquellos cuentos mágicos del Gabo, aquel reloj con juegos, aquella lámpara de tocar sobre mi velador, recuerdos de aquellos días de vacaciones en primavera que duraban un segundo, aquellos poemas que nunca llegaron a sus destinatarias o aquellas cartas que quise escribir al mundo.
Todas esas cosas que uno hace cuando es mejor desconectarse desparecer un rato recargarse de energías y volver a empezar, esos días en que mafalda tiene razón al pedir que paren el mundo para bajarse un ratito, esos días en los que es mejor quedarse en cama con la sola compañía de uno mismo haciendo nada.
También creo que es de esos días en los que se hace propicio escribir-te, agradecer-te y decir-te que todo pasará y que pronto volveré a ser el de siempre que nunca puedes mandarte de un tirón la vida, que nunca salen las canciones de una, que nunca los relámpagos te dan en una vena. Tal vez reconfortarse por las lágrimas para llorar cuando valga la pena, por las páginas en blanco en este diario de sueños, por la gota de tinta en las lapiceras que hacen esto posible, reconfortarse porque apareciste hoy.
jueves, 14 de enero de 2010
Propuesta 2010
Hoy me senté con ganas de escribir y de un momento a otro la inspiración desapareció, en mi mente solo se escuchaban las cosas que debía hacer, ya no quedaba espacio para la imaginación y lo peor es que después de esto solo pude pensar en una cosa… en fantasmas, esos que a veces son los que más reclaman ruido y recordé que en las letras de felicitaciones ya te había dejado de lado, es mas en diciembre le habría escrito a unos ojos, a un cabello y a una boca.
Hoy no es aún mañana, por lógica entonces debiera seguir siendo mi ayer, definitivamente algo falló en el control universal de los días, porque seguimos siendo ahora y no es ni mañana ni ayer.
Tuve un sueño… un sueño contigo, un sueño en que tu sonreías con picara disposición de olvido. Pero no hubo, ni nunca hay, olvido absoluto, ni siquiera sutil distracción de lo pasado. Dicen que las palabras que se callan es mejor guardarlas… ¿ocultarlas?, ¿ocultarme?, ¿ocultarnos? eso ya no pude saber, solo las dejo en el limbo de tu mirada y tus ojos que cada vez me muestran más de ti o mas de mi.
De día en día te miro en un monitor…un sorbo de café, amargo como me gusta… y me inspiro a escribirte cosas que tal vez borrare, que pronto olvidare y son estas fiestas y es este nuevo año que alborotan las memorias, mis memorias. Un nuevo año que viene y tu recuerdo que me persigue, y hace un monótono sonido con tu nombre en mis tonadas y los buenos sentimientos que se hacen presentes, mucha distancia, mucho amor, mucha esperanza, mucho dolor, mucho de todo que no se ordenar aun en mi cabeza.
No importa en dónde estés, no importa lo que haya pasado, igual todo estará escrito para los que trasegamos por aquí, aunque a veces salgamos por que nos toque salir, otras solamente porque sea bueno ver las calles y las gentes deambular por ahí, otras simplemente por aburridos o porque es la única forma de vernos afuera, aunque se venza el visado, se venza el amor, habrán muchos recuerdos, mucho espacio, muchos cuidados, mucha pasión, mucho amor.
Hoy cae con fuerza la lluvia…esta tarde moja las hojas que apenas resisten, otras se vuelan al paso del viento, cubren la calle con sus dorados encantos y en un charco se agita una hoja loca que ve mi presencia y detiene su baño, mas en su asombro se vuelve de prisa mira de lejos y el viento hace que emprenda su vuelo. Sobre mi cuerpo empapado de agua, impermeable de gotas cristalinas, siento en mis ojos la brisa ligera que pronto despierta el anhelo de antaño. Tras esta lluvia aparece tu imagen de faz lozana y cabellos rizados, es un placer infinito y muy tierno de aquellos tiempos de amores y sueños.
Por eso surge esta propuesta, o esta insinuación o estas letras, que solo quieren ser eso, un conjunto de letras que te digan lo que te propongo para este 2010, aunque sin ver tu cara, ni saber tu respuesta no se podrá saber si surtió el efecto esperado, pero igual serán palabras lanzadas al aire que algún día llegaran a tus oídos en estas últimas brisas primaverales.
Me siento extraño…
A pesar de que después de todo despierto…Cuando después de tanto huir te encuentro…Cuando no hay palabras suficientes para hablar…Cuando tu cuerpo me limita tan misteriosamente a todo; no logro restaurar los recuerdos de los que me escondí, no logro recordar muy bien porque no quería despertar, no logro recordar para que necesitaba más palabras o para que quería más libertad de la que tengo y busco entre mis viejos libros mágicos una pócima, un hechizo o algo que me devuelva todo lo que perseguí, porque aunque no recuerdo que tan triste o que tan maravilloso fue, ahora quiero vivir para no repetir el error de haber muerto, de haber jugado con dagas sobre mi piel precedida por ángeles caídos que me conducen a la salida mortal que un ataúd andante toma como última solución para su desgracia por un sueño que no fué......
Creo que todos, en algún momento, hemos pensado en la idea absurda de retroceder el tiempo y cambiar algo de nuestra vida ya sea borrando o agregándole ciertos eventos, que de haber sido así, hoy confortarían notablemente nuestro espíritu…Confieso que desde hace algunos meses esa idea absurda ha estado rondando nuevamente por mi cabeza, pero esta vez sin nostalgia ni desazón, sino más bien con el afán y el anhelo de cambiarlo desde ahora…me propuse ya no urgar mas el pasado, ya no pensar más en lo que no fue, o pudo ser.
Y es que si yo hubiese podido compartir ciertos aspectos de lo que fue mi vida desde hace algunos años y hasta hace realmente poco con una persona tan excepcionalmente sabia y prudente, tal vez las heridas hubieran dolido menos y cicatrizado más; realmente ahora quiero estar más atento para poder encontrar a esa persona y dejar de lado todas esas heridas que me causaron en el alma todos aquellos fracasos, esos que se alojaron en mis sueños, para ello tal vez aprender de mis errores y levantarme luego de caer hubiese sido más fácil; tal vez la elección del camino correcto y el comienzo de una nueva etapa hubiese sido más oportuno y menos confuso…Ahora solo queda dejar de lado estos laberintos y tocará iniciar nuevas rutas, donde tus recuerdos solo sean guías en este viaje indefinido llamado vida.
Sabes, a veces no somos más que una compleja maraña de pensamientos, y un temeroso suicidario que nos reclama la ausencia de sueños, el camino cierra la puerta a un misterio que se niega a morir estando en las entrañas de una historia pasajera, recordándonos la soledad a la que nos sometemos, punzando los sentidos para recordar cómo es la realidad que a veces se torna fría e insípida...ya no mas suicidarios, ahora muchas razones para vivir, mucha entereza y una estrella que nos transporte al infinito y mas allá. En ocasiones la oscuridad me ha alcanzado por completo, ahora pretendo ser luz, ser ojos, pero no rechazaré a ser piel.
Las horas no se acaban, los minutos no se acaban, los segundos se manifiestan, la nada se avecina, todas las figuras se transforman en recuerdos que los ojos piensan, o más bien lloran. Y yo aquí queriendo dejar de llorar-te, y me propongo a combatir los minutos ociosos con sueños, con esperanzas, y mis lagrimas ya secas solo serán el recuerdo de un buen intento porque las cosas funcionen, uno de esos intentos francos, de esos que a veces duelen y otras emocionan, lo irónico es que por un lado o por el otro igual causan llanto… ya no mas llanto…difícil tarea… mi naturaleza me lo impide, pero aprovecharemos estos días de sequia en los lagrimales para procurar una fortaleza ficta.
Y es que suele ser difícil olvidar las penas, olvidar los silencios, olvidar los sueños y los espacios detenidos y en espera; olvidar que mañana inevitablemente amanecerá, será otro día y puede que amanezca con amnesia, olvidar que tengo ó debo despertar otra vez y que tengo que recordar mis sueños, los sueños, ¿Qué sueños?... pues no mas olvidos, sino mas sueños, que sueños digo, esos buenos, esos donde uno es el actor principal, donde uno es el héroe, donde uno simplemente es feliz.
Muchas veces me convencí que es difícil transcribir lágrimas, así de difícil como es pintar el olor de los fracasos o el sabor de un amanecer o el sentimiento de la tierra mojada, así de difícil se me tornó el definir los sentimientos que me invadieron...
Sabes, de repente no importaba nada más que estar cerca tuyo, pero las distancias y los silencios hacen su trabajo, los problemas y el mundo exterior transcurren como siempre, la diferencia es que ahora son insignificantes para mí, mi cabeza sólo piensa y busca el pretexto perfecto, para generar encuentros contigo mientras busco las respuestas a tus posibles preguntas.
Sin embargo, de pronto el miedo que se apoderaba de mí, ese mismo miedo a tenerte para luego tener que separarme de ti, ya no está…aprendí a vivir así y es que nadie puede garantizar eternidades, nadie… sin embargo a pesar de que te invité a intentarlo por un tiempo que quizás hubiera sido breve y quien sabe ese instante pudo ser todo un siglo, tal vez una eternidad…en fin…una vida… no sucedió.
Ahora estaré abierto a nuevas compañías en esa búsqueda de estrellas, de eternidades, de sueños, habrá siempre alguien que acepte ser mi compañera, mi amante, mi amiga, mi sombra y también mi destino; al mismo tiempo, sueño con ser todo eso para esa persona, yo se que tu ya lo hiciste, espero te vaya muy bien. Y es que al estar cerca de tuyo aprendí a sentir la energía del sol, la fuerza de la lluvia, el silencio de las estrellas, el canto de la noche, el consejo de los ríos, fué algo tan divino. Ahora el camino se bifurca y yo tomare la ruta menos transitada, pero te llevare en mí y en los buenos recuerdos.
Me pregunto: ¿Qué puede pasar si callo lo que siento, cuando lo callo?... ¿Qué pasa ahora que me enciendo cuando me miras?… ¿Qué es lo que pasa aquí adentro cuando te marchas?
Si bien nunca es demasiado porque siempre hay más... por donde lo veas… me hice adicto a tu compañía y no a la seguridad de saberte mía, y a tus manos antes que a tu cuerpo y a tu cuerpo antes que al aire y antes que éste, quise quererte para poder ser feliz sin que la vida me importe.
No querías compromisos, pude ser inoportuno, pero agradezco que me dieras la oportunidad de amarte, de caminar tomados de la mano, de colmarte de prosas, de besarte apasionadamente, de resguardar tus sueños.
Ahora quisiera me des la oportunidad de acompañarte en las tristezas, de superar los problemas y sobrellevar las discusiones. Permíteme contarte de los ocasos que habitan en cada nube, en cada hoja y en cada piedra, en aquellas partículas de polvo llenas de mundos y también de los amaneceres en los que no estuviste. Quisiera hablarte de lo sospechoso que es el tiempo, de sus cómplices y porque nó también de la muerte, del horizonte y el atardecer, y de las palabras.
Quisiera que me dejes contarte de los diminutos insectos que habitan o coexisten en este mundo, de las abejas afligidas que pululan de flor en flor y de su solemne descanso en un árbol, déjame hablarte del aire que se pasea de nariz en nariz y también de las narices, déjame contarte de los poetas que lloran y de los amantes que esperan a sus amores que nunca llegan y de los que conspiran a mi lado y contarte de lo que callo cuando te tengo al frente mío. Porque siempre permanezco en silencio y te observo…”
En definitiva la oportunidad habrá que dejarla para la próxima, si es que esta vida nos permite una próxima ocasión, sino, pretenderé reencontrarte en la próxima vida, aunque parezca pretensioso es solo un deseo… un firme deseo.
Vlady
Hoy no es aún mañana, por lógica entonces debiera seguir siendo mi ayer, definitivamente algo falló en el control universal de los días, porque seguimos siendo ahora y no es ni mañana ni ayer.
Tuve un sueño… un sueño contigo, un sueño en que tu sonreías con picara disposición de olvido. Pero no hubo, ni nunca hay, olvido absoluto, ni siquiera sutil distracción de lo pasado. Dicen que las palabras que se callan es mejor guardarlas… ¿ocultarlas?, ¿ocultarme?, ¿ocultarnos? eso ya no pude saber, solo las dejo en el limbo de tu mirada y tus ojos que cada vez me muestran más de ti o mas de mi.
De día en día te miro en un monitor…un sorbo de café, amargo como me gusta… y me inspiro a escribirte cosas que tal vez borrare, que pronto olvidare y son estas fiestas y es este nuevo año que alborotan las memorias, mis memorias. Un nuevo año que viene y tu recuerdo que me persigue, y hace un monótono sonido con tu nombre en mis tonadas y los buenos sentimientos que se hacen presentes, mucha distancia, mucho amor, mucha esperanza, mucho dolor, mucho de todo que no se ordenar aun en mi cabeza.
No importa en dónde estés, no importa lo que haya pasado, igual todo estará escrito para los que trasegamos por aquí, aunque a veces salgamos por que nos toque salir, otras solamente porque sea bueno ver las calles y las gentes deambular por ahí, otras simplemente por aburridos o porque es la única forma de vernos afuera, aunque se venza el visado, se venza el amor, habrán muchos recuerdos, mucho espacio, muchos cuidados, mucha pasión, mucho amor.
Hoy cae con fuerza la lluvia…esta tarde moja las hojas que apenas resisten, otras se vuelan al paso del viento, cubren la calle con sus dorados encantos y en un charco se agita una hoja loca que ve mi presencia y detiene su baño, mas en su asombro se vuelve de prisa mira de lejos y el viento hace que emprenda su vuelo. Sobre mi cuerpo empapado de agua, impermeable de gotas cristalinas, siento en mis ojos la brisa ligera que pronto despierta el anhelo de antaño. Tras esta lluvia aparece tu imagen de faz lozana y cabellos rizados, es un placer infinito y muy tierno de aquellos tiempos de amores y sueños.
Por eso surge esta propuesta, o esta insinuación o estas letras, que solo quieren ser eso, un conjunto de letras que te digan lo que te propongo para este 2010, aunque sin ver tu cara, ni saber tu respuesta no se podrá saber si surtió el efecto esperado, pero igual serán palabras lanzadas al aire que algún día llegaran a tus oídos en estas últimas brisas primaverales.
Me siento extraño…
A pesar de que después de todo despierto…Cuando después de tanto huir te encuentro…Cuando no hay palabras suficientes para hablar…Cuando tu cuerpo me limita tan misteriosamente a todo; no logro restaurar los recuerdos de los que me escondí, no logro recordar muy bien porque no quería despertar, no logro recordar para que necesitaba más palabras o para que quería más libertad de la que tengo y busco entre mis viejos libros mágicos una pócima, un hechizo o algo que me devuelva todo lo que perseguí, porque aunque no recuerdo que tan triste o que tan maravilloso fue, ahora quiero vivir para no repetir el error de haber muerto, de haber jugado con dagas sobre mi piel precedida por ángeles caídos que me conducen a la salida mortal que un ataúd andante toma como última solución para su desgracia por un sueño que no fué......
Creo que todos, en algún momento, hemos pensado en la idea absurda de retroceder el tiempo y cambiar algo de nuestra vida ya sea borrando o agregándole ciertos eventos, que de haber sido así, hoy confortarían notablemente nuestro espíritu…Confieso que desde hace algunos meses esa idea absurda ha estado rondando nuevamente por mi cabeza, pero esta vez sin nostalgia ni desazón, sino más bien con el afán y el anhelo de cambiarlo desde ahora…me propuse ya no urgar mas el pasado, ya no pensar más en lo que no fue, o pudo ser.
Y es que si yo hubiese podido compartir ciertos aspectos de lo que fue mi vida desde hace algunos años y hasta hace realmente poco con una persona tan excepcionalmente sabia y prudente, tal vez las heridas hubieran dolido menos y cicatrizado más; realmente ahora quiero estar más atento para poder encontrar a esa persona y dejar de lado todas esas heridas que me causaron en el alma todos aquellos fracasos, esos que se alojaron en mis sueños, para ello tal vez aprender de mis errores y levantarme luego de caer hubiese sido más fácil; tal vez la elección del camino correcto y el comienzo de una nueva etapa hubiese sido más oportuno y menos confuso…Ahora solo queda dejar de lado estos laberintos y tocará iniciar nuevas rutas, donde tus recuerdos solo sean guías en este viaje indefinido llamado vida.
Sabes, a veces no somos más que una compleja maraña de pensamientos, y un temeroso suicidario que nos reclama la ausencia de sueños, el camino cierra la puerta a un misterio que se niega a morir estando en las entrañas de una historia pasajera, recordándonos la soledad a la que nos sometemos, punzando los sentidos para recordar cómo es la realidad que a veces se torna fría e insípida...ya no mas suicidarios, ahora muchas razones para vivir, mucha entereza y una estrella que nos transporte al infinito y mas allá. En ocasiones la oscuridad me ha alcanzado por completo, ahora pretendo ser luz, ser ojos, pero no rechazaré a ser piel.
Las horas no se acaban, los minutos no se acaban, los segundos se manifiestan, la nada se avecina, todas las figuras se transforman en recuerdos que los ojos piensan, o más bien lloran. Y yo aquí queriendo dejar de llorar-te, y me propongo a combatir los minutos ociosos con sueños, con esperanzas, y mis lagrimas ya secas solo serán el recuerdo de un buen intento porque las cosas funcionen, uno de esos intentos francos, de esos que a veces duelen y otras emocionan, lo irónico es que por un lado o por el otro igual causan llanto… ya no mas llanto…difícil tarea… mi naturaleza me lo impide, pero aprovecharemos estos días de sequia en los lagrimales para procurar una fortaleza ficta.
Y es que suele ser difícil olvidar las penas, olvidar los silencios, olvidar los sueños y los espacios detenidos y en espera; olvidar que mañana inevitablemente amanecerá, será otro día y puede que amanezca con amnesia, olvidar que tengo ó debo despertar otra vez y que tengo que recordar mis sueños, los sueños, ¿Qué sueños?... pues no mas olvidos, sino mas sueños, que sueños digo, esos buenos, esos donde uno es el actor principal, donde uno es el héroe, donde uno simplemente es feliz.
Muchas veces me convencí que es difícil transcribir lágrimas, así de difícil como es pintar el olor de los fracasos o el sabor de un amanecer o el sentimiento de la tierra mojada, así de difícil se me tornó el definir los sentimientos que me invadieron...
Sabes, de repente no importaba nada más que estar cerca tuyo, pero las distancias y los silencios hacen su trabajo, los problemas y el mundo exterior transcurren como siempre, la diferencia es que ahora son insignificantes para mí, mi cabeza sólo piensa y busca el pretexto perfecto, para generar encuentros contigo mientras busco las respuestas a tus posibles preguntas.
Sin embargo, de pronto el miedo que se apoderaba de mí, ese mismo miedo a tenerte para luego tener que separarme de ti, ya no está…aprendí a vivir así y es que nadie puede garantizar eternidades, nadie… sin embargo a pesar de que te invité a intentarlo por un tiempo que quizás hubiera sido breve y quien sabe ese instante pudo ser todo un siglo, tal vez una eternidad…en fin…una vida… no sucedió.
Ahora estaré abierto a nuevas compañías en esa búsqueda de estrellas, de eternidades, de sueños, habrá siempre alguien que acepte ser mi compañera, mi amante, mi amiga, mi sombra y también mi destino; al mismo tiempo, sueño con ser todo eso para esa persona, yo se que tu ya lo hiciste, espero te vaya muy bien. Y es que al estar cerca de tuyo aprendí a sentir la energía del sol, la fuerza de la lluvia, el silencio de las estrellas, el canto de la noche, el consejo de los ríos, fué algo tan divino. Ahora el camino se bifurca y yo tomare la ruta menos transitada, pero te llevare en mí y en los buenos recuerdos.
Me pregunto: ¿Qué puede pasar si callo lo que siento, cuando lo callo?... ¿Qué pasa ahora que me enciendo cuando me miras?… ¿Qué es lo que pasa aquí adentro cuando te marchas?
Si bien nunca es demasiado porque siempre hay más... por donde lo veas… me hice adicto a tu compañía y no a la seguridad de saberte mía, y a tus manos antes que a tu cuerpo y a tu cuerpo antes que al aire y antes que éste, quise quererte para poder ser feliz sin que la vida me importe.
No querías compromisos, pude ser inoportuno, pero agradezco que me dieras la oportunidad de amarte, de caminar tomados de la mano, de colmarte de prosas, de besarte apasionadamente, de resguardar tus sueños.
Ahora quisiera me des la oportunidad de acompañarte en las tristezas, de superar los problemas y sobrellevar las discusiones. Permíteme contarte de los ocasos que habitan en cada nube, en cada hoja y en cada piedra, en aquellas partículas de polvo llenas de mundos y también de los amaneceres en los que no estuviste. Quisiera hablarte de lo sospechoso que es el tiempo, de sus cómplices y porque nó también de la muerte, del horizonte y el atardecer, y de las palabras.
Quisiera que me dejes contarte de los diminutos insectos que habitan o coexisten en este mundo, de las abejas afligidas que pululan de flor en flor y de su solemne descanso en un árbol, déjame hablarte del aire que se pasea de nariz en nariz y también de las narices, déjame contarte de los poetas que lloran y de los amantes que esperan a sus amores que nunca llegan y de los que conspiran a mi lado y contarte de lo que callo cuando te tengo al frente mío. Porque siempre permanezco en silencio y te observo…”
En definitiva la oportunidad habrá que dejarla para la próxima, si es que esta vida nos permite una próxima ocasión, sino, pretenderé reencontrarte en la próxima vida, aunque parezca pretensioso es solo un deseo… un firme deseo.
Vlady
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