Extrañamente la nieve, el frio y este invierno que se inicia no dejan de ser buenas razones para no salir de la cama y dejarse estar por el calor de una cama y unas frazadas que le recuerdan a uno que hay otras formas de obtener calor para el cuerpo.
Y es que aquí, sentado en mi oficina, mirando por la ventana el hermoso Tunari con su manto blanco y esas nubes tenebrosas, que quiero detener este viaje errante de rutinas preestablecidas y regalarme unos minutos a esta práctica que de a poco fui dejando y que no debiera porque es la ventana del túnel que me deja ver mas allá en este caminar del día a día.
Ya casi media mañana y por una hendija de la ventana esta el sol amigo ese sol q trata de iluminar un camino confuso, en la computadora suenan unos clásicos en un rincón y me regalan las melodías de James Blunt, “same mistake” entre ellas, el mismo error, una parodia de estos tiempos de errores y caídas, de desatinos y de distanciamientos, si bien el tiempo ya paso, el sufrimiento no deja de estar latente. Y entonces, de de quien es el error, minutos, horas, días y meses y esto se termino. Cierre de emisión. Que pertinente, cobarde para otros, una buena razón para recomenzar dirán otros, el punto es que en día como estos urge un buen café, ese café amigo, un buen abrazo y una razón para seguir adelante. Son de aquellos días en los que pretendes hacerte al muerto y ver si realmente tu vida tomo algún sentido, ver si alguien notara tu ausencia, días en los que simplemente no se quiere salir de los calientes brazos de esa cama que uno abandona en la mañana y a los que uno regresa en las noches.
Y quiero aprovechar la mañana para continuar con aquella nota que deje inconclusa el otro día, que empezaba algo así:
Hoy desperté con unas ganas inmensas de hablarte/ escucharte, cualquiera se va a dar cuenta de lo que pasa por mi cabeza, pero ya llevo tiempo (siempre tiempo) sabiendo que en el estás vos también, y entonces: no alcanza el tiempo, o nosotros no alcanzamos a él, no sé, me quedo atrás por no correr demasiado, pero ya no me basta el día para vivir apenas unos minutos y es aquí donde le deseo suerte a mi valiente amigo espadachín en sus batallas contra ese ejercito de malvados minuteros que prosiguen su camino sin mirar atrás.
Y pretendo volver a ser viaje en un universo de versos y de sueños para poder seguir soñando con la princesa de mis sueños y la magia fantástica que siempre llena de estrellas y mas estrellas mis sueños, sé que he de vivir porque yo quiero queriendo estoy, aunque he de confesarte que a veces se me tranca la lengua frente a la alegría de tenerte cerca y ahí de nuevo esta la música que me habla de futuros posibles, de pasados pisados de presentes sin digerir y de este viaje y de aquello y de lo otro, de una cancioncita que quiero componer para cantarle al aire y a la vida y al amor y al viento y al loco dios también.
Y porque no escribir un manifiesto que diga que se te extraña; en un libro que paso por mis manos hace como 16 años, decía algo como que las palabras son como bandadas de palomas blancas dispuestas a llevar el mensaje hasta el lugar mas recóndito, ahora solo espero que el ciberespacio genere buen viento y permita que esta bandada de palomas lleguen a ser leídas.
Sigue el viento y por ende esa brisa fría, normal en una mañana de invierno y se vienen recuerdos y preguntas enmarañadas al unísono: como se pintara la noche? Y las calles? Y los bares? y los borrachos? y aquel poeta amigo que en noches como esta decidía salir a ver morir el día?; recuerdos de aquellos años de bohemia, de noches interminables, de mucho vino y tertulias… todo era válido y justificado en noches frías, donde andarán aquellos amig@s, donde quedaron aquellos recuerdos, donde quedo aquel pasado.
Alguna vez le dije a aquel amigo noctambulo que tenía miedo de la noche, de la soledad, de las calles vacías, del reflejo de la luna sobre los arboles y de todas las criaturas nocturnas que habitaban en mi mente (recuerdos de niño) que se hacían realidad a cada paso...Miedo de que un día llegue mi fín y no pueda decir lo que siento, ni pueda mucho menos volver a ver un nuevo día lleno de sol.
Y solo recibí un silencio sepulcral, una mirada compasiva y una palmada en la espalda; es solo el silencio la falta de palabras ante una realidad y la materialización de una presencia?; estas ahí y estoy acá y en medio una barrera de silencio, un abismo de miradas, un dejavu en pausa, un intento de saludo detenido, una caricia frustrada, un beso detenido. Estas ahí y acá estoy, creo que el sabor del café seria mejor al lado de tus palabras y del misterio que se pinta para esta noche.
Y decido continuar este suicidario sentándome al filo de una palabra y otra vez procuro marginar mi pensamiento a una irrealidad que cada vez se hace más tangible, el viento persiste y trae consigo el aroma de la libertad y del campo después de haber despertado de un largo crepúsculo. Y miro hacia arriba el increíble contorno de nubes sin forma pero que ilustran la posibilidad imaginar lo inimaginado, respiro el mismo aire y contengo un grito para que no se descubra este odio pasajero, me limito a escuchar la brisa que atardece entre mis dedos y es mágico el momento cuando recuerdo que es mejor la soledad que estar acompañado de demonios y fantasmas alcohólicos en un momento prolongado en pausa ajena.
Al final de cuentas no somos más que una mortaja de sueños y un temeroso suicidario que nos reclama desde la ausencia hacer el papel del solitario, el camino cierra las puertas a un misterio que se niega a morir, estando enclaustrado en las entrañas de una historia pasajera, recordándonos la soledad a la que estamos sometidos, punzando los sentidos para recordar cómo es la realidad, fría e insípida, como la piel de una serpiente, pero aun más áspera.
Decía la abuela que recordar es vivir, creo que a los recuerdos mejor dejarlos ahí, en el pasado, en ese baúl de los recuerdos , en ese rincón, inherente a la realidad, creo q es solo eso, dejar todo atrás y sentir la realidad como lo que verdaderamente es, aferrarme al presente dejando atrás lo vivido, recordar es vivir, es cierto, pero vivir no es recordar, y de algo estoy seguro y es que no quiero recordar nada, solo escucho esta canción y me aferro a mi realidad, como quisiera en este instante retractarme de tantas cosas pero mejor disfruto este café amigo y sigo observando la muerte de esta mañana por entre la hendija de esta cortina.
James Blunt persiste con su You´re Beautifull…Aunque preferiría volver a escuchar here we go again.
El café amigo prácticamente se termino.
Cochabamba, al fin cocha
30 de junio 2011
1 comentario:
a veces corremos y no alcanzamos al tiempo pero las cosas y las personas siempre van a llegar en su momento porque el tiempo en la vida de cada persona es exacto, el ciberespacio generó buen viento y las palabras como bandadas de palomas blancas trajeron el mensaje a este lugar recóndito para poder leerte nuevamente y decirte que tus escritos siempre me deleitarán como notas dulces danzando en el viento........
TQM. Martha
Publicar un comentario