martes, 10 de abril de 2012

Empezando Abril...


En días como hoy apunto a ser un nuevo personaje, ya no ese triste personaje que se interroga, se cuestiona y se decepciona del mundo; intentando tal vez comprender los azares del destino, los encuentros, los desencuentros, las palabras dichas y porque no las palabras sueltas... volví a disfrutar del tango de las nostalgias sin entrar en la trampa de la melancolía...a no dejar que la vida y sus ironías me golpeen como el frío... ese frío parcial/ frío abismal...a pesar de que la soledad se incrusta en la cama jugueteando con las sabanas...
Al final muchas  veces pretendemos ser unos fanáticos del silencio, por eso decidimos estar tan muertos como la hoja blanca en la que se desparraman las letras, ese mismo papel que muchas veces se nos ha reciclado con el pretexto de escribir nuestras historias de amor, de aventuras imaginadas, o de recuerdos pasados, aventuras que no son validas, ante la incapacidad de mandar a la basura los libros de novelas truchas y escribir una historia propia que valga como la historia oficial, una novela burlesca, una tragicomedia, un libreto para teatro; sin territorios, sin prosa dulzona que sirva para la crítica o para los amigos, o para quien se quiere conquistar.
Y es que pretendemos ser un temporal ficticio, un estado de ánimo, un sentimiento, tropezando con canciones, poemas, grafitis, frases celebres, un conjunto de cosas que danzan el místico, famoso y trasnochado arte, como una parodia de la vida, en fin, todas aquellas cosas complejas, como una sonrisa encontrada en una lágrima, mucha emoción sobre lo bello.
Por eso mejor aprovechar que se inicia un nuevo mes, los días pasan, las noches también y el encuentro se acerca, que se entienda lo que se pueda, lo que no...mejor. Por eso capitulo ausente, para estar por ahí colgado, como alternativa que me ayude a organizar todas las hojas escritas en este camino llamado vida.
Y las palabras bailan, acarician, recuerdan, emocionan, transportan en el tiempo y porque no, también condenan, matan y rematan... pero como diría Sabina "Siempre hay un tren que desemboca en Madrid”... donde sea que vayan  las palabras llegan en el momento preciso, así como llega la lluvia, así como el sol acaricia y abraza, así como la luna ilumina en una noche espesa o así como las estrellas hacen soñar....
De un tiempo a esta parte, ando queriendo estar; aunque ya no tan fanático del silencio, tan muerto como el papel en el que ya no logro desparramar mas letras, “suicidarse con una palabra” decía ese trovero gaucho, la noche pasada, pero porque no reciclar aventuras que solo puedan leerse y dejar de mandar a la basura libros de novelas/cuentos y organizar las propias como historias locas, atrevidas, intrépidas… historias que nos recuerden que se vive al día, porque lo que ya paso fué “ayer”, lo que viene “mañana” y no está garantizado, así que solo queda un hoy.
Creo que la mejor cosa que se puede hacer en esta vida es estar muy alerta, creo que bajo el mismo cielo azul, podemos estar cerca de quien queremos y sonreír por la suerte de tener un mismo cielo que nos cobija al mismo tiempo. Muy dentro en nuestros corazones seguirán encontrándose rasgos de los viejos recuerdos y los sueños rotos que el tiempo no los puede borrar, pero creo que somos capaces de cambiar nuestras lagrimas por alegría, encontrar el amor que el tiempo no podrá destrozar.
El viento respira fuerte esta noche liviana, caen lágrimas invisibles en este tiempo loco, las luces no aclaran el camino y las calles gritan su nombre, pero no escucha, en su sueño profundo no resuenan los mensajes… mis mensajes. Ruidos pálidos, olor a nostalgia de mirada café. Extrañamiento de mí, de tí…no sé, tal vez no haga falta, quizás no necesite letras, solo un beso desaparecido entre mis labios, un latido suspendido entre sus manos, un sabor profundo en la superficie de su piel...un loco amor, que no precise dedos, suaves caricias, su respiración sin la mía acompañando, un cosquilleo entre los pies, aún no la alcanzo. Pero no me hagan caso... A veces me pierdo en el sonido de un café de trasnoche cuando apenas son las dos... y sigo disfrutando de ese sabor a tiempo detenido...

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