lunes, 13 de octubre de 2008

Carta # 8

Hola:

Bueno ya se fueron varios días, este 2008 poco a poco se termina y la verdad en estos días no me animaba a empezar esta carta porque no había que decir-te o talvez porque ya no quiero seguirle escribiendo al aire. Cuando cayó la tarde tan solo pensé que ya era suficiente, que talvez esta serie de cartas debieran parar hasta nuevo aviso, sin embargo, aquí me tienes pegado a las palabras que sentadas me observan y se ríen por mi debilidad de no poder dejar de escribir-te.

Y así fué, dos o tres horas mas tarde, y pude volver a verte, esta vez como una gota cayendo, girando, rebotando, bailando entre millones de gotas supuestamente diferentes. Y volví a sentir una felicidad enorme, ya que al fin me acordé que había dejado de estar dividido entre mi racionalismo y mi idealismo, entre la ignorancia y el conocimiento, entre lo pequeño y lo grande, entre lo sutil y lo profundo, entre esta apariencia y mi esencia, al fin puedo volver a ser todo eso junto… mezclado, entreverado, enredado… humano.

Debo admitir que mientras respire, aun serás un pretexto, una razón ó un medio para poder expresar esto que me invade, que me convierte en un ser que “vive” en el día y muere en la noche, un ser que hay días que amanece muerto y revive en la noche y es que esas dicotomías me matan y me reviven, porque el entrar en el mundo de los sueños no es garantía de un despertar seguro, porque cada día empieza con cosas nuevas y a veces con simples rutinas.

Porque a pesar del mucho laburo y de los muchos problemas aun tengo la posibilidad de suspenderme en el aire, porque simplemente vivo al escribir-te estas letras, porque revivo lo vivido y vivo con los nuevos sueños que me planteo.

Sabes, es irónico escribirte contándote de mi, dejandote entrar en mi cabeza, mi mente mi corazón, dejando que conozcas mis miedos y mis rutinas. Pero al final del túnel ni yo mismo se a quien encontraré … aún espero la reacción, luego de mi falta de acción cuando debería estar cansado de esperar, conservo el recuerdo de tu pelo junto al mío y las ganas y el deseo y es cuando debería estar angustiado y triste por conservar los sueños de ayer.

Realmente no espero que te enteres, no pretendo invadir tus pensamientos, no espero que un día lo sepas, pero de nuevo no puedo decir más… que siento el tiempo, o el destiempo… que quizá estoy atrapado, buscando salidas a este cuento, con una ansiedad enorme siempre, alguna que por lo menos no haya dormido antes en tí.

Bruscamente el día se ha aclarado, la lluvia decidió pasar cerca sin visitarnos… si, aquella compañera que sucedía en el pasado y era cómplice de tantas cosas, de tantas locuras de tantos miedos, se fue, sin ni siquiera echarnos un saludo por los viejos tiempos… pues bien solo quedará el dolor…Ese dolor de mantenernos en silencio total, ese temor que opaca mi voz, o que simplemente puede eliminarla del ciberespacio.

Pero sabes, este cansancio, esta falta de palabras y de ánimo para escribir, esta confusa discordancia, en forma de depresión, de todo lo que hay en mi cabeza con todo lo que hay bajo mi lengua, este raro anhelo de que el domingo empiece el sábado por la mañana y termine el viernes por la mañana, la disminuida sonrisa, la extendida irritabilidad... es puro y vulgar cansancio, pero con mi alma aún servible. Es fugaz, todo lo es.

Y es que esta historia nunca termina, sigue siendo inútil sentarme bajo este árbol, mirar las estrellas y preguntarme desde cuál puedes estar mirando-me... Sigue siendo ilógico, ahogarme en mi silencio, engañarme con tu sombra, idealizar todas las mañanas, detener el tiempo, parar el mundo... Sigue siendo infructuoso sentirte a lo lejos, esperarte aquí sentado, teclear "te quieros" y vivir… para tí.

Cuídate donde quiera que estés, algún día el destino volverá a conspirar en nuestras vidas y espero esta vez estar a la altura de la situación.

Salud y rebeldía

Vlady

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribes increíble, gracias por compartir.

Anónimo dijo...

EN ESPERA DE LA CARTA 999999999!!!!!!!!!!!