viernes, 3 de octubre de 2008

Carta # 7

Hola,

Después de tantos días hoy en la tarde quise hacer un alto, aprovechando la lluvia que decidió alegrar la tarde… mi tarde.

Mi primer pensamiento fuiste tú, preguntándome qué andarás haciendo justo en este momento, talvez sentada en una silla de escritorio ó caminando apurada por alguna calle ó talvez charlando con alguien en algún café, talvez nada de eso y simplemente estas dibujando constelaciones de estrellas en los huecos de los charcos que se están formando justo en este instante en esta ciudad.

Y yo aquí buscándote en los reflejos de esta ventana abierta que refleja la caída de las gotas y de este sol que no dejó de estar aquí, guardando mis pensamientos y mis recuerdos, quería mandarte algunas palabras, mas bien quiero mandarte aquellas palabras que un día las pensé y no pude decirlas. A pesar del tiempo aun se siente como si fuese ayer, a pesar de ser mucho el tiempo quiero detener el mismo, negociar con las horas para que este instante dure una eternidad, para que me alcance el tiempo para decirte lo que siento o más bien lo que habías logrado que sienta por ti. Mirándote a los ojos hubiera querido decirte:

“Sabes, de repente no importa nada más que estar cerca tuyo, los problemas y el mundo exterior transcurren como siempre, la diferencia es que ahora son insignificantes para mí, mi cabeza sólo piensa y busca el pretexto perfecto, la casualidad expresa para generar encuentros contigo mientras busco las respuestas a tus posibles preguntas.

Sin embargo, de pronto el miedo se apodera de mí, es el miedo a tenerte para luego tener que separarme de ti, y es que nadie puede garantizar eternidades, nadie… sin embargo te invito a intentarlo por un tiempo que quizás sea breve y quien sabe ese instante puede ser todo un siglo, talvez una eternidad…en fin…una vida..

Te invito a acompañarme en esta búsqueda de estrellas, de eternidades, de sueños, te invito a ser mi compañera, mi amante, mi amiga, mi sombra y también mi destino; al mismo tiempo, sueño con ser todo eso para tí. Y es que al estar cerca de ti, siento la energía del sol, la fuerza de la lluvia, el silencio de las estrellas, el canto de la noche, el consejo de los ríos, es algo tan divino, pero no se que es, siento una inmensa fuerza que me invita a volar, a correr, a escapar, a soñar, siento que vuelve a entrar luz por mi ventana y respiro un aire nuevo embriagado de ilusiones, y al abrir un poco mas la ventana siento como vuelan los fantasmas como si fueran muchas hojas sueltas al viento...y a los fantasmas los dejo partir…y es que creo que será bueno dejar salir los recuerdos e invitarte a una historia que empiece en hoja en blanco.

Me pregunto: ¿cuál es el problema si me desvanezco viéndote o simplemente me suspendo pensando en ti?, ¿Qué puede pasar si callo lo que siento, cuando lo callo?... ¿Qué pasa ahora que me enciendo cuando me miras?… ¿Qué es lo que pasa aquí adentro cuando te marchas?

Si bien nunca es demasiado porque siempre hay más... por donde lo veas… quiero tu compañía y no la seguridad de saberte mía, y tus manos antes que a tu cuerpo y tu cuerpo antes que el aire y antes que éste, quiero quererte para poder ser feliz sin que la vida me importe.

No te asustes yo se que talvéz no quieres compromisos, que puede ser inoportuno, pero quisiera que me des la oportunidad de amarte, de serte fiel, de caminar tomados de la mano, de colmarte de prosas, de besarte apasionadamente, de resguardar tus sueños, hoy y siempre.

Quisiera me des la oportunidad de acompañarte en las tristezas, de superar los problemas y sobrellevar las discusiones, permíteme que te haga mi todo, mi cielo, mi razón de vivir.

Permíteme contarte de los ocasos que habitan en cada nube, en cada hoja y en cada piedra, en aquellas partículas de polvo llenas de mundos y también de amaneceres. Quisiera hablarte de lo sospechoso que es el tiempo, de sus cómplices y porque nó también de la muerte, del horizonte y el atardecer, y de las palabras.

Quisiera que me dejes contarte de los diminutos insectos que habitan o coexisten en este mundo, de las abejas afligidas que pululan de flor en flor y de su solemne descanso en un árbol, déjame hablarte del aire que se pasea de nariz en nariz y también de las narices, déjame contarte de los poetas que lloran y de los amantes que esperan a sus amores que nunca llegan y de los que conspiran a mi lado y contarte de lo que callo cuando te tengo al frente mío. Porque siempre permanezco en silencio y te observo…”

En definitiva la respuesta habrá que dejarla para la próxima, si es que esta vida nos permite una próxima ocasión, sino, pretenderé reencontrarte en la próxima vida, aunque parezca pretensioso es solo un deseo… un firme deseo

Vlady

Cochabamba, Octubre 1, 2008

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