miércoles, 24 de septiembre de 2008

Carta # 6

Hola…Como vas?

Ya casi se me pasa la semana y no te había escrito, las obligaciones académicas me tienen embolatado, sin embargo me descuelgo un rato de ellas para escribirte.

Hoy necesitaba de un instante de distancia con el mundo, dejar de lado el trabajo, las tareas, los pendientes, y simplemente registrarme en un limbo cósmico… como siempre en mi caso, la referencia son las hazañas de Felipe Delgado y es que este amigo es la mejor referencia para entender la fuerza de la soledad, es que acaso es tan fuerte esta distinguida señorita? (ojo que la defino como señorita porque no podría ser señora y ser soledad). Recuerdo que cuando estuve en los Yungas me pase prácticamente meses completamente sólo en un lugar donde a penas y salía a ver civilización y creía que había comprendido el mensaje de la soledad, y en estos momentos entiendo que más allá de lo vivido aun queda mucho por vivir.

Sin embargo, en estos momentos me vienen a la memoria escenas de las películas de Almodóvar, esa de “Hable con ella” y la última “Volver”, no se si es que este Almodóvar es también una persona sola, y es que en el caso del enfermero y la torera en la primera película muestra escenas tan reales y tan profundas de las secuelas de la soledad llevadas a la Urbanidad que espantan y cuando lleva esa misma característica a un pueblo en el que “la gente se vuelve loca por culpa de los vientos” encarna un sentimiento de vacío tan profundo que me cala el alma.

De la misma forma, me vienen a la memoria las tías solteronas del libro de Quiroga Santa Cruz “los Deshabitados” y esa rutina diaria de no hacer nada, es como dice Felipe Delgado, “es un estar muerto en un cuerpo que insiste en estar vivo…es un cargar el cuerpo” y es que, se llegará a puntos tales en los que uno esta dispuesto a dejarse morir? Cómo siempre tiene que ser esto de la vida, para que uno se deje morir?, creo que aún soy un “chango”, aún quedan muchas cosas que aprender y que sufrir, pero sabes, a veces asusta el que uno pueda caer en esos trajines.

Hoy hablaba con una amiga del Chat, y ella me contó una de esas historias terribles de muertes trágicas, una familia de cinco que después de un trágico accidente se reduce a dos (la madre y la hija) y que de alguna forma unos meses después del accidente se vuelven tres sobrevivientes (la madre habría estado embarazada) y a pesar de ello las tres deciden enfrentar la vida y salen adelante. Cosas tan fantásticas que solo pueden ser posibles en esta historia llamada Vida. Y la soledad? Donde estaba?, nada… ella no fue invitada, talvez por eso mismo todo salió bien.

Bueno, hoy pronto será ayer y tu seguirás siendo viaje, algún día los caminos volverán a trenzarse con la eternidad y estos sueños. El viento nuevamente conspira nuestro destino y propone una piedra más, un espacio más, propone distancia y soledad ficta, porque a pesar de todo, a través de estas líneas estas cerca. Las hojas siguen cayendo y otra eternidad revienta, pronto las mariposas que no alcanzaron a nacer se ahogarán con las lluvias que se vienen, ésas lluvias… aquellas de las que hablamos alguna vez en un café o mientras tomábamos aquel vino mientras caminábamos de vuelta a casa.

Las fronteras se rompen con tu mirada y la mía, los versos y las palabras fatigan el tiempo, las lunas llenas que quieren mostrarse a pesar de las nubes, las mismas que se opacan en la noches nubladas, mientras los hombres ebrios de chicha y sudor celebran la fiesta de efemérides del departamento, de la fecundidad, o cualquier fiesta que el pretexto es lo de menos.

Y esta tierra ya respira sol, el mismo que corre del otro lado de la oscuridad, es en éste amanecer de resistencia donde los árboles viajan a la velocidad del planeta, son aquellos guardianes que se alzan sobre piedras y montañas y silenciosamente ven pasar los años, son esos mismos guardianes que al ser derrumbados se convierten en tierra, en Pachamama.

Hoy seria bueno hablar de estas ciudades en ruinas, del modernismo, del postmodernismo, aunque prefiero que me leas los versos de tu caminar, pero por favor no me hables de “la verdad”… no me hables de esa niña confundida. Hoy sólo quería desahogar este vacío.

Y el papel, en este caso el teclado, aguanta todo

Un abrazo y un beso

Vlady

Septiembre 24 del 2008 – Primavera del 2008

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