martes, 9 de septiembre de 2008

Carta #1

Hola tú:


Es irónico no tener sueño cuando todos están durmiendo, a pesar de los grillos que no dejan de cantar, a pesar de la noche que termino de inundar este cielo lejano, a pesar de las nubes que decidieron visitar el piso abandonado de rocíos y lluvias.
Y aquí, en este insomnio lo único que se viene a mi cabeza es tu imagen, tus gestos, tu voz, TÚ; es extraño estar así, extrañándote, ni siquiera son tantas las lunas que te conozco y ya eres parte de estas noches y de estos desvelos, de aquello que en otrora fueron mis trasnoches. Haciendo ensayos o ejercicios futuros, tratando de imaginarte proyectada en los próximos años, cerca/lejos, más cerca que lejos para ser sincero, y es gracioso caer en la misma historia, una que me cierra la puerta de la imaginación y que me exige más vivencia para seguir alimentándola.

Está lloviendo y no puedo entender las ganas de escribir-te, sigo pensando ... que estarás haciendo mas allá de lo que puedas estar pensando y no sé si por lo menos en un pestañeo, en un tris, pase mi recuerdo por tu mente, y la verdad ya no importa, ya me resigne a no depender de lo que pueda pasar del otro lado de esta ventana. Sigue lloviendo y hasta se puso frío, al parecer es la humedad; un café, uno de aquellos que transcurrieron en todas estas noches sería bien venido, Para variar nos dejaron sin luz, así que ni idea de pensar en la caldera eléctrica, peor aun en la cocina que quedó sin ganas y menos en las leñas que a esta altura ya deben estar húmedas, de todas formas mejor ya no el café.

Volviendo a ti, que ganas de llamarte buscando algún pretexto vago, inocente pero pretexto al fin, hoy haría bien escucharte, si solo escucharte, hoy seria buena cosa. Y sigo resfriado peleando con los kleenex que ya no son bienvenidos en mi nariz y peleando con la vela que ya se termina mientras no se acaban mis ganas de seguir escribiendo –te, para contarte de los hermosos paisajes, del amanecer, de los animales, de la gente que sigue sorprendiéndome, del aire puro, de esas simpáticas casas de tablas, será por ello que este lugar se llama Tablasmonte, de la sonrisa de los niños al salir de esa vieja escuelita, de la tranquilidad de los mayores, del señor de la carpintería, de la sonrisa franca de aquella señora.

Contarte de las cascadas, de aquel señor que se cayo en el precipicio y se murió, contarte de los locotos que hasta se me hacen ricos ó de los helechos que vienen en troncas enormes, contarte de la miel y de las abejas que abundan por estos lares, contarte de la gringa que vivió dos años alejada de su periplo o de un Mr. Scot que manda pollos para toda la población en las fiestas de navidad.

Contarte que el pueblo se alista para tener 5 meses de festejos entre la virgen de Urkupiña y año nuevo, donde habrán matrimonios, todos santos, navidad entre medio. Contarte que en muchos años le encontré el verdadero gusto a compartir con las hormigas y seguir escuchando a don grillo que no se calla.

Contarte de aquel caminante por la paz, un loco que camina solo llevando el mensaje de paz, un loco cuerdo? no se aún, pero me cuestiono el hecho, de todas formas ahí va guille el colombiano que ya paso los 5000 km a pie y que espera terminar su viaje en chile el 2010.

Contarte simplemente que se te extraña, aunque no debiera ser así, y decirte que me hubiera gustado compartir todo esto contigo.

Vlady

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