Y vuelvo por estos lares…
Otra vez vuelvo a tí, o mas bien vuelvo a mí, las calles desiertas en noches frías en esta ciudad alrededor de un sueño con olor a sol nocturno, empiezo a reinventar la historia hasta llegar al final de estas calles o caminos, a veces al comienzo de los mismos. Tal vez no logre llegar hasta la elucubración de nuevas teorías, al comienzo de nuevas historias, pero no he perdido la razón, no he perdido la locura, sigo en el suelo del mundo, que es el techo al mismo tiempo, por eso y por lo mismo, a veces estoy en el cielo, cielo, suelo, palabras inconclusas, indefinibles, acomodables, mismas, contrarias.
Miro hacia arriba, hacia abajo, atrás, adelante (No sé), Pero miro y me quedo como suspendido entre medio, y mi mirada se hace viento y se pierde (No sé).
Y en una fracción de segundo paso de la oscuridad a la luz, del silencio al bullicio, del tiempo atrás al tiempo ahora; el silencio se va despojando una vez mas de tanta sombra, la luz abre camino por un camino que ha estado oscuro y el tiempo como cómplice repara el compás de un segundero dictador de tristezas; la ciudad hoy tiene un nuevo vuelo y en el vuelo la mirada de las gentes se pierden en la inmensidad, es la libertad del ahora, es el aroma del presente limpio; las calles esperan con su asfaltada arena el correr de mis pasos y la mirada que estaba perdida encuentra un deleite nuevamente; espero sentado, no en la esquina de siempre, pero si como siempre he querido esperar, es hermoso el arte del olvido.
Y danzan los pensamientos confusos al compás de la música del día que acaba, de la noche que comienza, del silencio que me abraza, de las palabras que me acompañan.
Potosí, septiembre de 2007
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