Y al parecer
esta va a ser una de esas noches en la que uno regresa a encontrarse con ese
vaso de tristeza, con la certidumbre de saber que no estás, y que se vienen
despertares un tanto alocados, entre ir a buscarte en cada uno de los recovecos
de lo imaginado… de lo desconocido… volver a lo incierto y volver a los
escritos inconclusos y los versos que quedaron para ser escritos…continuar en
un caminar fantasioso y sonámbulo con la pesadez y soledad de casi siempre.
Que alarmado es extrañar/te,
enfundado en no sé qué tipo de capricho ocurrente, seguir tras tus pasos con la
lejana sombra de un conquistador gris que no soy. Regreso a las letras antes de
dolerme un poco, supongo que la noche ha de viajar a todos esos grandes lugares
donde se encuentra paz, donde se puede ser feliz sin muchos peros, donde
simplemente se puede ser… de esta manera ocultar la tención hasta donde se
pueda desatar algo que vaya más allá de lo que quieras escuchar.
Hasta que se cierra el telón y cae
la noche para después de unas horas y de forma tímida empezar a aparecer el
nuevo día… que apenas comienza, que apenas se presenta, solo que este nuevo día
trae consigo el nuevo año, andino, pero nuevo año, a veces no está mal
refugiarse en las apariciones coyunturales y descubrir que lo mejor se puede
soñar hasta dos veces al año, y pensar que este nuevo año también viene vestido
de vos y encontrarse con tu sombra entre el amor y tus manos, y de a poco
grabar clandestinamente un beso que vaya encendiendo otro y una caricia que
acomode nuestros cuerpos.
De esta manera no sería raro que se
filtre a gusto una sonrisa, cuando lejos de todos los relojes, no existan
distancias y fragüemos el color del futuro… y soñar en nuevas soluciones… dejar
que llegues, a tono con lo que traigas, con prisa, para inaugurar “un contigo
de Sabina” ya que efectivamente quiero morirme contigo si te matas y matarme
contigo si te mueres… porque el amor cuando no muere mata, porque amores que
matan nunca mueren...
Y en estas tierras descansaran
estrujados restos de amores vividos, alguno inconclusos, en este verde lindero,
sobre todas las flores que se alimentaron de sus savias... de sus lechos… de
guerras perdidas y guerras ganadas... de armas perdidas.
Y volver a intentar terminar ese
cuento que no quiso ser cuento porque se emputó de ser cuento, aquel cuento de
cuerpos y penas… o de amores y rosas.
Este cuento con sabor a lamento…De
esos que solo yo cuento…el mismo cuento con una sonrisa torcida…con el alma
partida...el cuento de sufrimiento del cuento, que cuenta cien silencios y
sentimientos reprimidos… Si, este cuento….
Se fué el cuento…
Si…. el cuento se fué… lo siento…
jamás podré terminar de contarte mi cuento…
Iniciando el año 5520 Aymara 21
de junio 2012
http://suenosrealidades.blogspot.com/
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